Suricatos en el metro

"¿Se supone que me debo identificar con ese idiota complaciente y su pala?, ¡este muñeco de nieve no dice nada acerca de la condición humana!, ¿es todo lo que tienen que decir sobre la vida suburbana contemporánea?"

Acabo de ver esta noticia en la que se dice que Javier Krahe se sentará en el banquillo de los acusados por emitir un corto suyo en Lo + Plus que muestra a modo de parodia cómo cocinar a Cristo, lo que según dicen son “hechos que pueden ser constitutivos de un delito contra los sentimientos religiosos, previsto y penado en el artículo 525 del Código Penal”.

Es una noticia vieja, y de hecho el vídeo es de los años 70, pero me ha parecido muy bueno y no me he podido resistir a colgarlo y difundirlo.













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(Fuentes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12)

Soy un gran fan de xkcd, y generalmente sus viñetas suelen ser humorísticas, pero en esta ocasión la reflexión que ofrece no es moco de pavo.




Traducción: Mira a esa gente, autómatas de ojos vidriosos viviendo el día a día, ¡sin detenerse nunca a mirar a su alrededor y pensar!. Soy el único hombre consciente en un mundo de borregos.

Cuánta razón. Quien crea ser de algún tipo de élite intelectual superior está muy equivocado. Es cierto que hay personas con mayor o menor nivel cultural, pero en la base todos somos iguales y nos hacemos las mismas preguntas. Si alguien parece diferente lo más probable es que sólo difiera del resto en el nivel de humildad y le haga falta una buena taza. En el fondo todos queremos escapar de la masa, pero es imposible.

¡Malditos documentales!. No me dejan en paz. Hace no mucho que vi una serie de documentales que trataba enteramente sobre el color. En el primero de ellos se hablaba sobre la percepción de los colores y en un momento se citaba una frase al parecer de Newton que decía algo como "Nosotros no vemos el color, vemos lo que nuestro cerebro interpreta como color".

Y pienso que tiene toda la razón. El hecho de que veamos colores es debido a que nuestro cerebro interpreta de esa manera las disntintas longitudes de onda de la luz visible al rebotar con los objetos, al igual que interpreta de otra manera distintas longitudes. Este esquema ayuda a hacerse una idea muy clara:

Hay muchas partes del espectro electromagnético que no podemos percibir, como los infrarojos, los ultravioletas, o las ondas de microondas. En cambio otros animales sí que pueden percibir estas ondas hasta el punto de tratarse de su propia "visión", como algunas especies de peces capaces de ver las ondas ultravioletas que utilizan para decorar su cuerpo para el ritual reproductivo evitando ser vistos por depredadores que no son capaces de ver esta longitud.

El caso es que el universo no es de colores. Ni Marte es rojo, ni Júpiter naranja, ni el arcoiris es una paleta multicolor. Todo lo que hay son longitudes de onda de la luz. Ni siquiera es un universo oscuro, negro, nada más no tiene sentido hablar de colores, sino más bien de un universo de longitudes de onda.

Un ejercicio de abstracción lleva a plantearse más cosas, como por ejemplo si el "sonido" es tal, o es sólo la acumulación en el tiempo del aire que nos rodea, que produce vibraciones en el oído que el cerebro interpreta como sonido. Ya tendríamos un universo mudo y sin colores.

Da un poco de miedo acercarse a lo demás. Si consideráramos el sentido del tacto, tampoco hay cosas "calientes" o "frías", sino con más energía calorífica o menos, o más o menos conductividad. Es más, ¿es la materia realmente "tangible"? ¿o más bien es una interpretación que hace el cerebro de la materia?.

Finalmente, ¿cómo sería el universo si no fuera percibido a través de los sentidos?. Supongo que esa pregunta es absurda porque el "cómo" encierra percepción, y para la percepción es necesario algún tipo de sentido.

Seguro que recordáis a Lisa de los Simpson diciendo "Si cae un árbol en medio del bosque y nadie puede oírlo, ¿emitiría sonido?".

Me gustaría compartir con quien no lo conozca el canal de Axel Casas en YouTube.

Aquí una pequeña muestra :P




Me encanta ver los documentales del Canal Historia, Odisea y Discovery Channel en los que se habla sobre lo que llaman el "transhumano", el siguiente paso en la escala evolutiva del Homo Sapiens.

Generalmente lo suelen plantear como una especie de
cyborg que ha sustituído casi todas las partes orgánicas de su cuerpo por otras mecánicas más eficientes, que domina la ingeniería genética y que, a posteriori, migrará su conciencia a un ordenador para vivir eternamente dentro de una realidad virtual.

Normalmente nuestras predicciones del futuro suelen equivocarse, y es que prever cómo se va a comportar una civilización globalizada en su totalidad es muy difícil. El concepto general que se tiene de lo que es práctico o bello cambia constantemente con la cultura, y la tecnología se adapta a las necesidades de la cultura, más aún teniendo en cuenta las nuevas estrategias de marketing que vimos en un post anterior en el que se decía que los anunciantes no dicen "yo sé lo que necesitas", sino que se le otorga al cliente esa sensación de "mundo libre" en el que puede elegir el diseño de sus deportivas.

Lo que quiero decir es que no pretendo hacer especulaciones sobre la tecnología, pero sí quiero exponer algunos cambios biológicos que creo que se experimentarán a corto plazo, tan corto como lo permita hablar en "tiempo evolutivo".

Hay que tener cuidado al pensar en evolución y tratar de ser tan poco finalistas como sea posible. No por querer tener alas para volar como los pájaros, nos van a salir alas. La evolución es un proceso que surge de manera natural - es normal que ocurra así - y no tiene nada que ver con nuestros pensamientos o nuestros deseos. Es, al fin y al cabo, la supervivencia del código genético más apto para la reproducción.

Por ejemplo, una enfermedad genética que haga que los recién nacidos mueran está condenada a desaparecer, puesto que estos recién nacidos no llegarán a la edad reproductiva y por tanto no transmitirán los genes responsables del mal. Otras, como puede ser la enfermedad del hombre elefante, según los cánones actuales, también está condenada a desaparecer, porque las hembras humanas no suelen considerar a los hombres con la cara desfigurada especímenes válidos para la reproducción, y por tanto las probabilidades de que el código genético con la enfermedad de neurofibromatosis pase a la siguiente generación es muy pequeño.

Por otra parte con algunas enfermedades sucede justamente lo contrario, y aquí es donde entra la tecnología. La miopía, por ejemplo, tiene un factor de predisposición genética a padecerla. Cuando vivíamos en las cavernas, es posible que la miopía supusiera un problema para los primeros homínidos en la medida en que incrementaba la probabilidad de que un cazador muriera devorado por un animal, o simplemente se quedara sin comer, y finalmente muriera antes de llegar a la edad fértil sin haber transmitido sus genes. Seguramente la disminución en los casos de miopía iba a ser algo más lenta que la del hombre elefante. A día de hoy, en cambio, la miopía no supone, ni mucho menos, un riesgo para la vida - o al menos lo supone en una proporción minúscula -, e incluso si hace algunos años pudiera haberse considerado menos atractivo sexualemente a un individuo con gafas, hoy en día existen las lentillas, que eliminan por completo ese factor, y apostaría por que en el futuro con un haz de láser en unos pocos segundos se podrán curar este tipo de defectos como intervención rutinaria.

En conclusión, de no desarrollarse la ingeniería genética parece bastante probable que dentro de unos cientos de años todo el mundo sea miope. Pero esto no debe preocuparnos, porque por suerte la evolución y la tecnología trabajan juntas: si un tipo de enfermedad genética persiste, probablemente sea porque existe una tecnología capaz de aplacar los síntomas de dicha enfermedad hasta el punto de que el enfermo puede encontrarse dentro del conjunto de especímenes aptos para la reproducción. En caso contrario, si no existe una tecnología para evitar esta enfermedad, tranquilos, porque lo menos probable es que se convierta en una "pandemia" a través de la selección natural.

Eso sí, si algún día se empieza a apoyar como es debido la investigación genética sin intervención de supersticiones antiguas y se logra implantar un sistema rutinario que permita la selección genética de embriones - e incluso la modificación un poco más allá en el tiempo -, entonces nos podremos olvidar de todas estas cuestiones. En el fondo no se trata de nada raro, es la selección natural operando más rápidamente de lo habitual.

El atractor de Lorenz es un objeto fractal relacionado con la teoría del Caos. Se genera un hilo infinitamente largo e imprecedible que va dando vueltas alrededor de dos ejes y cuya trayectoria nunca se "corta". Aunque no es fácil entenderlo - yo mismo no lo entiendo aún porque requiere conocimiento de ecuaciones diferenciales que no tengo -, se puede experimentar con distintos valores en alguna de las aplicaciones para generarlo que circulan por internet:






La aplicación que aparece en el vídeo la podéis usar aquí. Que os divirtáis :)